Thursday, January 18, 2007

Pensar la noche es la noche misma, con sus reflejos de cuchillo.
Pensar la noche en la noche es como volver sobre los propios pasos. Acaso los había olvidado y ahora vuelven. Boca arriba yaciendo para beber y olvidar, para volver y negar que uno se hubo ido.
Toma entonces la llave y cree poder abrir la puerta pero la puerta es ahora y la ventana y no se abre y los dedos se lastiman y duelen. O duelen porque hace frío y la nieve cae como granadas, como lluvia o como sanguijuelas en la nuca.
Pero en fin, que la puerta (ventana) no se abre y no importa




30-06-2003

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